miércoles, 23 de julio de 2014

Reflujo Gástrico


El reflujo se produce cuando los alimentos ingeridos líquidos o sólidos son devueltos desde el estómago hacia el esófago, que es el conducto que une la boca con el estómago, esto puede causar irritación de ese conducto, provocando acidez entre otros síntomas.

El trastorno por reflujo gastroesofágico es un trastorno común, representa el 70% de las patologías del esófago. Un 44% de los adultos tienen un reflujo por mes y un 7% lo tienen una vez al día.

La palabra reflujo significa ir en contra de un flujo, en este caso, del flujo normal de los alimentos. Al ser tragados, los alimentos pasan de la boca a la garganta (faringe), luego al esófago y después al estómago

En el estómago, los alimentos se mezclan con los jugos gástricos, que entre otras cosas se componen de ácido (el cual es necesario para digerir las proteínas). Este ácido no daña al estómago porque el órgano produce una sustancia mucosa que lo protege de la acción del ácido clorhídrico; sin embargo, este mucus protector no es producido por el esófago, la faringe o la boca. Si los alimentos y el ácido del estómago regresan al esófago, producirán irritación y quemaduras. 

Cuando el esófago está constantemente irritado por el ácido del estómago, se presentan los síntomas del reflujo gastroesofágico: 

Síntomas

Acidez
regurgitación después de las comidas.
Dificultad para tragar o disfagia
exceso de salivación
Hipo
Dificultad de deglución (tragar)

En los casos más graves:

Dolor al tragar (odinofagia
Dolor en el pecho que se puede extender al cuello y la mandíbula; este dolor se debe a inflamación del esófago (esofagitis) y puede ser fácilmente confundido con un infarto de corazón.
Es importante tratarte pues este problema te puede llevar a desenlaces dramáticos en tu salud.

Causas
Cuando comemos los alimentos pasan desde la garganta al estómago a través del conducto alimentario o esófago. Una vez el alimento ha llegado al estómago un anillo de fibras musculares evita que ese alimento se devuelva al tubo del esófago.

Son las fibras musculares o esfínter esofágico. Cuando el esfínter esofágico no cierra bien, los alimentos, líquidos y el ácido del estómago pueden volver de nuevo al tubo del esófago. Esto es lo que se denomina reflujo gastroesofágico.

Hay medicamentos que pueden causarlo, entre ellos están:

- Anticolinérgicos (por ejemplo, para el mareo)
- Betabloqueadores para la hipertensión arterial o la cardiopatía
- Broncodilatadores para el asma
- Bloqueadores de los canales del calcio para la hipertensión arterial
- Fármacos dopaminérgicos para el mal de Parkinson
- Progestágeno para el sangrado menstrual anormal o el control natal
- Sedantes para el insomnio o la ansiedad
- Antidepresivos tricíclicos

Qué hacer

Hemos de tomar muy enserio esta dolencia. Ten en cuenta que padecer de reflujo gástrico de modo crónico, puede derivar en las temidas úlceras de estómago. Y es que, el llevar una mala alimentación o seguir unos hábitos incorrectos de vida, puede hacer precisamente que todo el contenido ácido que ingerimos en nuestros alimentos, ascienda de nuevo hacia el esófago. Dañándolo. 

Es imprescindible pues que sigamos unos sencillos consejos:

1. Cuida tu alimentación

Si consumimos lo que se llama una comida ácida, favoreceremos continuamente que el reflujo ascienda una y otra vez hacia el estómago. Así pues tal vez sea ya el momento de decidir reducir esas frituras, esas carnes rojas, hamburguesas, comida industrial que tanto nos satisface cuando llegamos cansados a casa, los sazonados, la salsa de tomate, la sal, los picantes…Y cuidado también con el exceso de café.
Definitivamente el tipo de alimento es básico. Incluye en tu dieta más piezas de fruta y verdura, recordando por ejemplo tomarlas lo más frescas posible, también crudas ya que de ese modo aprovecharemos sus enzinas, estupendas para favorecer la digestión. También los alimentos probióticos son estupendos para prevenir el reflujo gástrico, cuidan de nuestro estómago y de la flora bacteriana.

2. Agua con una cucharada de vinagre de manzana

¿Lo has probado alguna vez? Es un remedio sencillo y efectivo. Antes de cada comida ponte un vaso de agua con una cucharadita pequeña de vinagre de manzana, de este modo favoreceremos la digestión y aliviaremos la posibilidad de sufrir el temible reflujo.¡Es muy efectivo!

3. Jugo de aloe vera o sábila

Perfecto para ir tomándolo como tónico a lo largo del día. Tiene la facultad de aliviar la acidez, de favorecer digestiones y de cuidar de nuestro sistema digestivo. Previene úlceras, desinflama, tonifica, cuida… es magnífico. Para beneficiarte de él no tienes más que poner una cucharada de aloe vera – el gel del centro-, junto a dos vasos de agua. Llévalo a ebullición para mezclarlo todo bien y permite que repose. Puedes beber de dos a tres vasos al día. Te hará sentir muy bien.

4. Infusión de regaliz

Esta planta tiene la virtud de rodear el sistema digestivo, protegiéndolo frente a la acidez. Ese sabor tan característico de esta raíz nos permite precisamente defendernos ante el reflujo gástrico, siendo muy aconsejable prepararte una infusión con cuatro o cinco hebras de su raíz. Deja que hierva y que repose unos cinco minutos. Toma poco a poco y verás cómo te da buen resultado.

5. Empezar el día con un vaso de agua tibia con limón

Un remedio muy recurrido que siempre nos da buen resultado.Si tomamos justo antes de desayuno un vaso de agua tibia con el jugo de medio limón, ayudaremos a que todos los alimentos que consumamos a lo largo del día se digieran mejor, que la digestión sea más balanceada previniendo así la acidez.

6. Infusiones adecuadas

Si te gustan las infusiones no debes tenerles miedo si sufres de reflujo gástrico. Son perfectas para tomar después de las comidas, y perfecto si te haces por ejemplo una infusión de jengibre, de manzanilla o menta.

7. Pautas en tu descanso

Lo creas o no, nuestros hábitos a la hora de ir a dormir también van a favorecer la mayor o menor incidencia del reflujo gástrico. Hay muchas personas que por ejemplo, cenan rápido y se acuestan de inmediato. Otras, sin embargo, cenan cada día a una hora y se acuestan a altas horas de la madrugada. ¿Qué tal si a partir de ahora seguimos unas pautas diarias? Excelente, recuerda que lo más indicado es cenar dos horas antes de acostarnos. Tampoco hagas una siesta muy larga justo después de haber acabado de comer al medio día, basta con una cabezadita de 15 o 20 minutos.
Otro dato a tener en cuenta: siempre es mejor dormir del lado izquierdo. Si lo hacemos boca a bajo o del lado derecho, estaremos presionando el estómago, agudizando así la incidencia del reflujo.

8. Come almendras

Come almendras crudas de vez en cuando, unas cinco o seis al día: nos aportan calcio y balancean el Ph estomacal. 
9. Agua con limón y bicarbonato
Otro remedio muy efectivo es preparar una cucharada de bicarbonato en un vaso con agua con limón. No debes tomar más de un vaso por día, pero notarás la diferencia, esto te hará neutralizar el pH estomacal. 

La mezcla de un limón  y una cucharadita de bicarbonato sódico tiene la propiedad de alcalinizar el organismo. Esto nos ayuda por ejemplo a combatir la acidosis que puede ocurrir cuando los riñones no están eliminando suficiente ácido del cuerpo o cuando el cuerpo produce demasiado ácido.

El limón tiene múltiples virtudes para facilitar nuestras digestiones. Si le añadimos además un poquito de bicarbonato de sodio,conseguiremos una mezcla maravillosa para que nuestro sistema digestivo funcione mucho mejor. Se trata de un buen anti-ácido, que además, combate las flatulencias.

No tenemos más que servirnos un vaso de agua si es posible mineral (nunca fría ni tampoco caliente, es decir tibia o natural) y añadir una cucharadita de bicarbonato sódico, y el jugo de medio limón. Remueve bien para que todo quede bien homogéneo, para beberlo por las mañanas y en ayunas.

10. Al dormir eleva la cabeza

Si no logras controlar la acidez, a la hora de dormir procura que tu pecho y cabeza queden más elevados para por gravedad evitar que regrese el ácido.
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